Nunca fuimos modernos: Latour

Uno de los libros fundamentales que ha desafiado mi comprensión convencional de la Modernidad es «Nunca fuimos modernos» del renombrado sociólogo Bruno Latour. En esta entrada de blog, exploraré las ideas clave presentadas por Latour en su obra y por qué considero que su lectura es esencial para comprender su crítica a la Modernidad desde una perspectiva antropológica y sociológica.

Purificación y traducción

Según Latour, la purificación es el proceso mediante el cual se separa y se distingue la sociedad de la naturaleza, creando una dicotomía entre lo humano y lo no humano. En la modernidad, esta purificación se ha dado a través de la «constitución moderna», donde se establece una línea divisoria clara y rígida entre la sociedad y la naturaleza. Latour critica esta purificación, argumentando que simplifica y reduce la complejidad de las interacciones entre los actores humanos y no humanos en el mundo real.

En contraposición a la purificación, Latour propone el concepto de traducción. La traducción es el proceso mediante el cual los diferentes actores, ya sean humanos o no humanos, se relacionan y se influyen mutuamente, generando una red de interacciones y asociaciones. A través de la traducción, los actores construyen significado y conocimiento en conjunto. Latour enfatiza la importancia de reconocer y dar voz a los múltiples actores en estas redes de traducción, desafiando así la noción de que solo los seres humanos son los únicos agentes relevantes en la construcción del conocimiento.

La Constitución

Para Latour, la «constitución» implica la creación de límites, clasificaciones y distinciones que separan a los seres humanos de la naturaleza y establecen una separación tajante entre ellos. Según su perspectiva, la modernidad ha operado bajo la premisa de una «constitución moderna» que separa y diferencia entre la sociedad (lo humano) y la naturaleza (lo no humano).

En su obra, Latour argumenta que esta separación artificial entre la sociedad y la naturaleza es problemática y no refleja la complejidad y las interconexiones del mundo real. Propone que en lugar de adherirse a esta «constitución moderna», debemos reconocer y abordar las múltiples redes de actores humanos y no humanos que constituyen nuestro entorno.

Modernidad, Premodernidad y Posmodernidad.

En «Nunca fuimos modernos», Latour desafía las categorías tradicionales de Modernidad, Premodernidad y Posmodernidad, que han sido fundamentales en el pensamiento de las ciencias sociales. Para Latour, la Modernidad se basa en la «purificación», donde se separa y se distingue la sociedad humana de la naturaleza no humana. Sin embargo, critica esta separación artificial, argumentando que la realidad es mucho más compleja y está interconectada.

La noción de Premodernidad es cuestionada por Latour, ya que sostiene que idealizar un pasado premoderno en el que la sociedad y la naturaleza estaban en armonía es una simplificación que ignora las tensiones y conflictos presentes en aquellos períodos históricos. Por otro lado, la Posmodernidad también es problematizada, ya que, según Latour, no logra superar las limitaciones de la Modernidad al mantener la separación entre sociedad y naturaleza.

La crítica de Latour a la Modernidad: Latour propone una crítica profunda a la Modernidad y su separación rígida entre sociedad y naturaleza. Argumenta que esta dicotomía ha llevado a una visión reduccionista y simplificada del mundo, ignorando las interacciones complejas entre los actores humanos y no humanos. Al desafiar esta «constitución moderna», Latour busca superar las limitaciones del pensamiento dualista y abrirse a una comprensión más completa y enredada de la realidad.

La importancia de leer «Nunca fuimos modernos»

La obra de Latour es crucial para aquellos interesados en la crítica a la Modernidad desde una perspectiva antropológica y sociológica. Al leer «Nunca fuimos modernos», se nos invita a cuestionar las categorías establecidas y a reconsiderar nuestra comprensión de la relación entre sociedad y naturaleza. Esto es especialmente relevante en un mundo cada vez más interconectado y donde los problemas globales requieren una comprensión más holística.

Al adentrarnos en las ideas de Latour, somos desafiados a reconocer la agencia de los actores no humanos y a considerar cómo sus influencias afectan la forma en que construimos conocimiento y sociedad. Además, su enfoque en la traducción como un proceso clave nos obliga a pensar en las interacciones complejas y enredadas que constituyen nuestro mundo.

Conclusión: «Nunca fuimos modernos» de Bruno Latour es una obra esencial para cualquier estudiante de doctorado en ciencias sociales que desee profundizar en la crítica a la Modernidad desde una perspectiva antropológica y sociológica. Latour desafía las categorías convencionales y nos invita a reflexionar sobre cómo construimos conocimiento y comprendemos nuestra relación con la naturaleza.

A través de su crítica a la purificación y su énfasis en la traducción, Latour nos insta a reconocer las complejidades y las interconexiones que existen en nuestro mundo. Al leer este libro, nos convertimos en participantes activos en la construcción de un enfoque más enredado y completo de la sociedad y la naturaleza, abriendo nuevos caminos para el estudio de las ciencias sociales.

Deja un comentario